Castrillo de Los Polvazares


Según algunas fuentes el nombre de "Castrillo" viene dado por la cercanía de dos castros, el Castro de San Martino y el de Teso de la Mesa.

Castrillo de los Polvazares es, con seguridad, uno de los pueblos más bonitos de la comarca leonesa de la Maragatería. El Camino de Santiago, en dirección al puerto de Foncebadón, una vez dejado atrás Astorga, pasa al lado de la villa, con lo que podemos encontrarnos con algún peregrino que se desvía de la Ruta Jacobea para contemplar su belleza o reponer fuerzas. Originariamente el pueblo se encontraba en una ubicación distinta, pero fue destruido por una riada, reconstruyéndose en el siglo XVI en el emplazamiento actual.

Castrillo fue declarado Conjunto Histórico Artístico, y conserva íntegra su arquitectura popular, con sus calles empedradas y sus casas blasonadas. Un lugar donde la piedra y la arcilla roja de sus fachadas contrasta con los colores de sus portones y ventanas, pintados en tonos azules, verdes y blancos; tonos que nos hablan de un pasado arriero cuando caminamos por la calle Real, columna vertebral de la villa. Una de sus características es el ancho de sus calles, para dejar paso a los carros, y los grandes portalones de sus casas, con sus espaciosos patios para las cuadras. 

No dejemos de visitar, en su Plaza Mayor, la pequeña iglesia con su campanario y más abajo la primitiva fuente. 

Es, con toda seguridad el ejemplo más bello de esa arquitectura popular tan característica de la comarca de la Maragatería. Una comarca, donde el espíritu de los arrieros, gremio que desarrolló su actividad transportando mercancías desde el norte de la península a la meseta y viceversa. Sus carros, tirados por animales, llevaron frecuentemente trigo y otros cereales a Galicia y a Cantabria, para volver a Castilla con el pescado que compraban con los beneficios de la mercancía llevada. Esta actividad toco a su fin con la llegada del ferrocarril a Astorga en 1866. 


Pero Castrillo, aparte de ser un pueblo precioso, tiene una particularidad que a la mayoría nos gusta, es la cuna del cocido maragato, y si alguien duda de su titularidad, rectificaré gustosamente para no crear polémica y diré que, es uno de los pueblos con más fama en esa especialidad. 

Castrillo de los Polvazares es la población en la que Concha Espina sitúa la trama de su novela La Esfinge Maragata, en la que rebautiza el pueblo como "Valdecruces". Otra Personalidad relacionada con Castrillo es el cineasta francés, René Clair, cuya mujer vivió allí hasta su muerte en el 2006.


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