Cartuja de Vall de Crist en Valencia



Las cartujas se construyeron aisladas del mundo y sobre grandes extensiones de terreno. Terreno del cual obtienen el sustento. La vida del cartujo es solitaria y contemplativa y dedica la mayor parte de su tiempo en orar, estudiar y realizar trabajos manuales. A poco más de un kilometro de la Villa de Altura, en plena Sierra Calderona, encontramos el "Vall de Crist", un atractivo paisaje donde se dan la mano la naturaleza, la cultura y la Historia.

El infante Don Martín, hijo del rey de Aragón Pedro IV "El Ceremonioso" soñó con este valle que se asemeja al valle de Josafat, como lugar ideal para fundar un monasterio cartujo. Intercedió ante su padre y este pidió permiso al Papa Clemente VI, el cual lo concedió el 21 de abril de 1383, tomando posesión los primeros cartujos el 8 de junio de 1385.

El lugar elegido es el Valle de Cánava, donde el rey había comprado unas pequeñas masías origen de lo que luego sería la futura Cartuja. En 1383 comienza la construcción del primitivo claustro y se coloca la primera piedra de la iglesia de San Martín. En 1397, Benedicto XIII, el papa Luna, morador ocasional del monasterio, pese a las protestas, le anexionó la Rectoría de la iglesia parroquial de Castellón. El 13 de abril de 1399 es coronado Don Martin, como Martín I de Aragón y por su expreso deseo, se edifica el nuevo claustro mayor que el anterior y la iglesia mayor.

Concedió a Vall de Crist los herbajes del condado de Jérica de cuyo arrendamiento sacaban un considerable censo anual; posteriormente el señorío de Altura y Alcublas, con todos sus derechos y pertenencias. Vall de Crist ve aumentado su patrimonio progresivamente gracias a donaciones, privilegios, gracias reales y papales, herencias y compras; transformándose así la Cartuja en un importante núcleo de poder económico, cultural, religioso y político. Bonifacio Ferrer, artífice del Compromiso de Caspe, Luis Mercader, confesor de Fernando el Católico, el mismísimo San Ignacio de Loyola o el antipapa Benedicto XIII, son algunos de sus influyentes priores.

Cuenta una leyenda. que en 1515, Luis Mercader era enterrado en la cripta de la Capilla de María Magdalena. Pasados 83 años, unos monjes abrieron la cripta para ver las reliquias del santo. Llegaron al arca y le encontraron tan fresco y entero como en el momento de su enterramiento. Tenía las barbas rubias y los hábitos enteros, y no desprendía ningún mal olor. Cerraron la cripta, y pasados otros 50 años (134 después de su muerte), la curiosidad de otros monjes les hizo abrir de nuevo la cripta, encontrando su cuerpo tan entero como la primera vez. Uno de los monjes quiso arrancarle un diente, para conservarlo como reliquia, pero este se resintió tanto como si estuviera vivo. Después de tomar otras reliquias volvieron a cerrar la cripta.

En 1407, la Cartuja de Vall de Crist renunció a los Fueros de Aragón para someterse a los de Valencia. En los primeros siglos la principal actividad fue la ganadera. Las veredas, hoy perdidas, tuvieron una gran importancia para la trashumancia, ya que conectaban las tierras altas de Teruel y confluían en la Torrecilla con los valles del Palancia y del Turia. Los cartujos construyeron las bodegas de "Las veinticuatro", donde elaboraban el vino. En la actual calle del Horno, construyeron un horno moruno y en la actual calle la Estrella, se construyó el Torcedor para fabricar velas.

A unos 150 metros junto a la masía El Batán, propiedad de la Cartuja, los frailes construyeron el "Molino de los Frailes" para aprovechar la fuerza motriz del manantial de la Esperanza. En 1683 El Batán fue rediseñado para producir papel de estraza En 1728 se realizó una gran reforma para fabricar papel blanco de excelente calidad.

En 1706, ante el temor a las represalias que pudiera tomar contra ellos Felipe de Borbón a causa de la Guerra de Sucesión, ya que el prior José Tomás Ferrer había prestado obediencia al Archiduque Carlos los conventuales se vieron obligados a abandonar la Cartuja, regresando medio año después.

En 1785 se constituye la Congregación Nacional de Cartujos Españoles, y se elige como residencia perpetua del definitorio La Cartuja de Vall de Crist.

A principios del siglo XIX se suceden las crisis. La ocupación francesa y el Decreto de suspensión de Órdenes Religiosas, la supresión de las instituciones monacales en 1820 y la definitiva expulsión ordenada el 25 de julio de 1835, siendo prior el padre Bruno Rogel, por Real Decreto, suponen el final de un monacato en decadencia. El 9 de noviembre de 1844, se subastan y fraccionan los bienes de la cartuja, que recaerán en manos privadas. 

Es considerada una de las más ricas de la península, siendo la quinta fundación Cartujana en España. La Orden Cartuja fue fundada por San Bruno en 1084. Éste había nacido en Colonia y combinó en las reglas de la Orden Cartuja la tradición eremítica y la vida en común cenobítica. El primer monasterio erigido bajo la regla cartuja, fue la Cartuja de Chartreusse, perteneciente a la diócesis de Grenoble, y la primera fundación en España fue la Scala Dei en 1163, secundada en tierras valencianas por la Cartujas de Porta Coeli en 1274, y Vall de Crist en 1385. 

Fue demolida y vendida varias veces, pero en 1991 cuando estaba casi en ruinas, el recinto es comprado por la Conselleria de Cultura y dio comienzo el proceso de consolidación y restauración a través de una Escuela Taller.

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