Iglesia del Temple de Valencia


Tras la Desamortización de Mendizábal en 1835 la iglesia queda sin culto, que será restablecido en 1854, aunque no la vida monacal, pero es la llegada de los Padres Redentores la da vida al templo. Estos se harán cargo de la misma desde 1917 a 1993. con el solo paréntesis de la Guerra Civil, en que el templo será utilizado como depósito de municiones, desapareciendo todos los bienes muebles.

La iglesia, situada en el lado oeste del convento, es de planta basilical, con tres naves divididas a su vez en tres tramos, transepto, capillas laterales y cúpula de ladrillo con tambor en el crucero. La cabecera articula un profundo presbiterio acabado en un testero semicircular. Tiene un coro alto a los pies. Anterior a la entrada al templo encontramos un vestíbulo o atrio, que en su origen disponía de dos altares, uno dedicado a Nuestra Señora de Gracia y el otro el Altar al Niño Jesús, cuya escultura, en la actualidad, se halla situada en el presbiterio de la iglesia. Antes de esta iglesia hubo otra construida entre 1720 y 1725, que fue destruida para construir ésta.


A la derecha de la Capilla Mayor, como continuación de la nave lateral de la epístola, encontramos la Capilla dedicada al Santísimo; mientras que a la izquierda en lugar de una capilla, encontramos el camino de paso a la sacristía y al antiguo monasterio.

El templo se ilumina a través de ocho vanos abiertos en el tambor de la cúpula del crucero y el vano abierto a los pies que ilumina el coro, abierto justo debajo del escudo de Armas del rey Carlos III, que ordenó y sufragó la construcción, tanto del Convento, como de la Iglesia. Trabajo realizado por Jaime Molins en 1770. 

La fachada tiene dos cuerpos horizontales y tres calles separadas por cuatro pilastras compuestas, presidida por dos torres que flanquean un frontón triangular de grandes dimensiones. Cuatro grandes pilastras cobijan las tres puertas, una por cada nave interior. Sobre el frontón triangular encontramos dos figuras femeninas alegóricas, una porta una cruz y una llama en su mano representando la Religión, mientras que la otra cruza sus brazos sobre el pecho y tiene una llama sobre su cabeza, en alusión a la Devoción. Ambas fueron labradas por José Puchol y Rubio en 1770.

En el interior destacaremos el templete del Altar Mayor en forma de tabernáculo, obra de Miguel Fernández y las pinturas de Felipe Fontana realizadas en 1770. Las naves laterales se abren a la nave central con grandes arcos de medio punto, apoyados en pilastras. Las naves se cubren con bóvedas de medio cañón con lunetos apoyadas en arcos fajones.

El templo tiene nueve Altares, los situados en las capillas laterales y en el tránsito de la sacristía son de madera dorada, realizada en el siglo XVIII y procedente de la iglesia de 1725, mientras que los dos de la nave del crucero son de obra de principios del siglo XX.


Comenzando por el transepto por el lado de la epístola, encontramos las siguientes capillas:
  1. - Retablo de San Antonio de Padua, con su imagen en una hornacina. Sobre la mesa del Altar un Cristo Corazón Eucarístico con el Santo Cáliz, obra de José María Ponsoda Bravo, que hubo de restaurarlo por los graves daños sufridos durante la Guerra Civil.
  2. - Retablo de San José, imagen de cartón-piedra de 1941.
  3. - Retablo de San Cayetano, en la parte superior un óleo representando a María Magdalena. Con anterioridad esta capilla estaba bajo la titularidad de San Bernardo.
  4. - Retablo de la Trinidad o del Padre Celestial. Centra el retablo un lienzo bocaporte dedicado a la Santísima Trinidad, obra de Manuel Diago Benlloch de 1941. Anteriormente llamada capilla de San Jorge.
Continuando por la nave del evangelio nos encontramos las capillas:
  1. - Retablo de San Fermín. En la parte superior San Miguel Arcángel aplastando al diablo, que daba nombre a esta capilla con anterioridad.
  2. - Retablo de San Mateo, escultura obra de Enrique Pariente Sanchis, realizada en 1951. En el óvalo de la parte superior lienzo de Santiago el Mayor. Anteriormente capilla de San Benito.
  3. - Retablo de San Alfonso María de Liguori, obra de Francisco Teruel Navarrete. Este santo fue el fundador de la Congregación del Santísimo Redentor. La escultura fue colocada en 1923, pero en 1936 fue destruida y Francisco Teruel tuvo que hacer otra. En el óvalo de la parte superior lienzo con una escena de San Lucas. Durante un tiempo el lienzo de la Virgen de Montesa se encontraba presidiendo esta capilla.
  4. - Retablo de San Expedito, el nicho central se encuentra vacío aunque albergó un lienzo de San Juan Bautista, desaparecido en la Guerra Civil. Como curiosidad, San Expedito no es un santo reconocido por la Iglesia Católica, por no estar clara su autenticidad histórica, por lo que permite un culto tolerado pero no admitido.
A continuación de la nace del evangelio, en el pasillo que va a la sacristía, encontramos un retablo con un lienzo bocaporte de la Virgen de Montesa con San Jorge de Alfama, obra de José Camarón Bonanat de 1771. En el óvalo de la parte superior un lienzo con la Virgen María y el Niño en brazos.

A los pies del retablo de la Virgen de Montesa, la lápida sepulcral del XII maestre de la Orden, fray Francisco Bernardo Despuig Rocafull, que ya se encontraba en la capilla del Castillo de Montesa. Junto a la cartela figuran los escudos de Montesa y de su linaje.

La portada de la sacristía es fingida, obra de Felipe Fontana.

El Altar Mayor está presidido por un baldaquino de jaspes de diversos colores realizado en 1773 por Miguel Fernández. Es de planta circular y coronado por una cúpula peraltada de jaspe, apoyada en ocho columnas pareadas adosadas de mármol verde y capiteles corintios. Remata la cúpula de estrella de Euclides en bronce dorado. En su interior una tabla de la Virgen del Perpetuo Socorro, obra de Encarnación González, aunque en su origen alojó una imagen de madera de la Virgen de Montesa, realizada en Madrid por Francisco Gutiérrez y que fue destruida durante la Guerra Civil. Francisco Gutiérrez es el autor de la Cibeles de Madrid.

En la embocadura del presbiterio encontramos dos figuras, a la izquierda un anciano orando que representa al XIII maestre de la Orden de Montesa, don Francisco Llançol de Romaní; a la derecha, Jesús enseñando en el templo, figura realizada para iglesia del Temple de 1725 en mármol de Carrara por Giacomo Antonio Ponzonelli. 

Las pinturas de la bóveda del presbiterio de 1770, representan la Asunción de la Virgen rodeada de los Apóstoles, la Santísima Trinidad y dos medallones de San Jorge y Santiago Peregrino, obra de José Vergara Gimeno. Las pinturas de las pechinas del crucero, del mismo autor, representan a diversos santos. El testero de la Capilla Mayor decorado con pinturas al fresco realizadas con la técnica de la grisalia, en forma de arquitectura fingida, obra de Filippo Fontana en 1770.

En la fachada recayente a la Plaza de Teodoro Llorente, sobre el muro de la iglesia, encontramos un sobreañadido realizado entre 1925 y 1926 por Lorenzo Criado Oltra, que son las dependencias de los Padres Redentoristas.

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